martes, 1 de septiembre de 2009

Edad Media

La cremación fue usada como parte del castigo a los herejes, y esto no solo incluía arder en la hoguera. Por ejemplo, en 1428 la Iglesia Católica desenterró el cadáver del traductor inglés John Wyclif (1320-1384) y lo cremó.[cita requerida] Sus cenizas fueron esparcidas en un río como una forma explícita de castigo póstumo, por negar la doctrina católica de la transubstanciación.

La cremación retributiva (con base a las acciones en vida) continuó en los tiempos modernos. Por ejemplo, después de la Segunda Guerra Mundial, los cuerpos de 12 hombres convictos por los crímenes contra la humanidad en los Juicios de Núremberg, no fueron regresados a sus familiares, sino cremados, y depositados en una locación secreta, como parte especifica de un proceso legal encaminado a negar el uso de dicha locación como cualquier suerte de memorial.

En Japón, sin embargo, una construcción en memoria de los criminales de guerra ejecutados, quienes también fueron cremados, fue permitido erigirla para confinar sus restos.

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